Vietnam: los viejos y queridos incentivos para la forestación

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Resulta sorprendente que se esté promocionando las plantaciones forestales en todo el mundo como una actividad lucrativa, a la vez que ésta debe recibir una serie de incentivos para serlo verdaderamente.

Recientes informaciones provenientes de Vietnam muestran que dicho país está siguiendo el camino ya recorrido por otros países en el pasado –como Brasil- o que está siendo elegido actualmente por otros –como Chile, México o Uruguay- vale decir, promover vía subsidios una actividad que, ciertamente, de esta manera va a resultar muy provechosa . . . para la poderosa industria de la pulpa y el papel, así como para otras corporaciones a ella vinculadas. Los subsidios serán pagados por la gente, sobre la que también recaerán los impactos provocados por las plantaciones y las fábricas de pulpa asociadas con ellas.

Tal como ha pasado siempre en estos casos, la FAO aparece como protagonista de primera línea. Su representante, el Sr. Christy Lawrence, declaró que “es deber del estado sentar bases legales firmes para garantizatr los legítimos intereses de los inversores forestales”. Cabe preguntarse: ¿y qué sucede con los “legítimos intereses” de los pueblos cuyas tierras les serán usurpadas y cuyo ambiente sufrirá los impactos de dicha actividad?

Para lograr que el plan del gobierno vietnamita para el establecimiento de cinco millones de hectáreas de nuevas plantaciones hacia el año 2010 resulte exitoso, se está ofreciendo a la industria una serie de incentivos: arrendamiento de tierras por períodos más largos que para otras actividades, exenciones de pago de arrendamiento de la tierra durante los primeros cinco años, exenciones de pago del 50% del valor del arrendamiento para los cinco años siguientes.

Sin embargo, tales incentivos parecen ser todavía insuficientes para las compañías plantadoras e industriales, las cuales están presionando al gobierno para obtener ulteriores subsidios, tales como: exenciones impositivas sobre los ingresos de por lo menos un 50% durante los primeros cinco años, exenciones del pago de tasas de importación de equipamiento, maquinaria y vehículos para las plantaciones y actividades de procesamiento, préstamos a bajas tasas de interés, y préstamos a largo plazo.

Ni el gobierno vietnamita ni la industria están inventando nada. El mismo esquema se repite una y otra vez en todo el Sur y su verdadera razón de ser no es colaborar con el “desarrollo” de los países “en vías de desarrollo”, sino servir –como siempre- a los intereses de los poderosos para que se vuelvan aún más poderosos.

Fuente: Análisis del WRM basado en información suministrada por el artículo de Minh Anh "Incentives sow seeds for forestry investment boom" de Vietnam Investment Review, 22-28 June 1998.