Aceite de Palma
La palma aceitera es originaria de África occidental. Su cultivo es importante para las comunidades que dependen de los bosques, para sus culturas y economías. Sin embargo, los monocultivos de palma aceitera a gran escala destinados a la producción industrial (aceite y agrocombustibles) han sido un agente de deforestación y acaparamiento de tierras en el sudeste asiático. Más recientemente, los monocultivos de palma aceitera también impulsan la destrucción en África y América Latina.
La resistencia contra las plantaciones industriales de palma aceitera en África occidental y central
Comunidades en África occidental y central deben confrontar los impactos de las plantaciones industriales de palma aceitera. Con la falsa promesa de traer ‘desarrollo’, las empresas, con el respaldo del gobierno, obtuvieron millones de hectáreas.
La opresión patriarcal es inseparable del modelo de plantaciones industriales y es la base de cómo las empresas generan beneficios. Las compañías intimidan a las mujeres, en especial por su rol primordial en la vida de la comunidad.
¿Por qué los gobiernos de post-coloniales de África no desmantelaron el modelo de plantación colonial de explotación y extracción? Una pieza clave en esto está en los archivos del Banco Mundial.
El WRM entrevistó al activista Nasako Besingi. Él organizó comunidades en protesta contra las plantaciones de palma de la empresa Herakles Farm. Ha sufrido ataques, intimidación y criminalización por parte de la empresa y el gobierno. (Disponible en suajili).
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La empresa de palma aceitera Socapalm en Camerún pretende renovar su certificación ISO 14001 que caducó en 2017. Denunciamos los intentos de encubrir la destrucción que ocasiona la empresa a las comunidades y al medio ambiente.
Desde violaciones sexuales, registros forzados corporales y de los espacios privados hasta el riesgo de perder la vida, son algunas de los abusos que sufren las mujeres que viven alrededor de plantaciones industriales de árboles en Camerún. Este artículo hace un llamado para que no seamos cómplices de esta violencia.