Minería a gran escala
Impulsada por una demanda cada vez mayor y por los ciclos de auge y caída de los mercados mundiales de mercancías básicas, la minería a gran escala destruye los bosques y contamina los suelos, el aire y el agua. Conflictos violentos, explotación sexual, criminalización y desplazamiento de comunidades de los bosques son ejemplos de impactos sociales inherentes a la industria minera.
El crecimiento de la extracción de minerales y la producción minero-metalúrgica, junto con la consiguiente multiplicación de las represas de residuos, ha ocurrido en la misma proporción que los desbordes y roturas de represas de residuos en varios lugares.
El dinero que el Gobierno de la India recauda de compañías que destruyen los bosques - como las mineras - se está utilizando para hostigar, perseguir y desalojar a las comunidades de las llamadas Áreas Protegidas.
Gobiernos y empresas transnacionales, respaldados por instituciones financieras multilaterales junto con los gobiernos de las islas del Pacífico, compiten para repartirse el océano, justificando su explotación bajo la llamada Economía Azul sostenible y el Crecimiento Azul.
La Unión Europea persigue el crecimiento a cualquier. Las tecnologías “verdes” necesitan cada vez mayor cantidad y variedad de metales y minerales. Millones en fondos públicos fluyen a través del Banco Europeo de Inversiones a proyectos mineros bajo el velo del “desarrollo”.
La "conmoción" es una reacción común cuando surge una crisis ... o cuando esta sale a la luz. Pero también es una conveniente cortina de humo para los gobiernos, las instituciones financieras y las empresas, detrás de la cual han podido ocultar su responsabilidad en la actual crisis de los bosques.
Es imposible pensar en extracción, sin pensar en una vasta red de infraestructura complementaria y, por tanto, en una deforestación y destrucción incluso más amplia.
La construcción de carreteras, líneas ferroviarias y otra infraestructura que vincula los centros de producción y extracción de recursos con las zonas de consumo, tiene estrecha relación con una planificación elitista, profundamente antidemocrática.
Los corredores de mega-infraestructura priorizados en los ambiciosos programas de inversión que atraviesan el continente africano apuntan decididamente a facilitar la exportación de minerales y mercancías agrícolas y la importación de productos manufacturados.
Las asambleas de pueblo en Korchi, junto con la resistencia a la minería, participan activamente en la reinvención y reconstrucción de la gobernanza local. Los colectivos de mujeres también han comenzado a hacerse oír en estos espacios de toma de decisiones. (Disponible en suajili).
En América Latina, las mujeres siempre han hecho parte de las luchas históricas por la defensa del territorio. A través de la movilización y con prácticas cotidianas, resisten los extractivismos y toda forma de violencia. (Disponible en suajili).
El Tribunal Permanente ha sido una herramienta clave para que las comunidades compartan sus luchas y construyan solidaridad, a la vez que desafíen el status quo diciéndole NO al poder de las empresas, la impunidad de los Estados y una agenda de desarrollo destructiva. (Disponible en suajili).
La prohibición al cultivo en barbecho de los indígenas Delang supone una amenaza a su soberanía alimentaria y entramado cultural. Esta se da a pesar del evidente rol de las empresas palmícolas en los incendios forestales en Indonesia. Pero los Delang han decidido resistir. (Disponible en indonesio).