Guatemala: minería de hierro amenaza manglares del Pacífico

Imagen
WRM default image

Si vemos un mapa de la cobertura forestal de la república de Guatemala, podremos observar que a lo largo de la línea costera del Pacífico se encuentran de manera interrumpida y dispersa los escasos bosques de manglar. Estos han quedado como islas rodeadas de una serie de actividades que comprometen su permanencia y los beneficios que aportan a las comunidades y a la conservación.

Uno de los impactos más graves es el cambio de uso de los suelos para destinarlos a actividades como la camaronicultura, la producción de sal, la construcción de infraestructura portuaria, el crecimiento urbano y la ampliación de la frontera agroindustrial. En los últimos cinco años se ha expandido el monocultivo de caña de azúcar en la planicie costera del Pacífico y en algunos casos ha llegado a los límites de los manglares y otros humedales. El uso excesivo de las aguas es una práctica común realizada por los ingenios azucareros, las plantaciones de palma africana y las fincas ganaderas que en época seca desvían los ríos y estos no llegan hacia los esteros y manglares.

Sumado a esa problemática, la amenaza de la minería metálica llega a la Costa Sur. Las noticias publicadas en medios de comunicación informan de varias licencias mineras de reconocimiento y exploración otorgadas a las empresas Tikal Mineral y Firecreek Resources. Esta última es subsidiaria de G4G Resources de Canadá. En mayo de este año la Dirección de Energía y Minas del MEM concedió licencia de reconocimiento a Firecreek Resources, con un área de 2.492 kilómetros cuadrados para reconocer hierro en las arenas de las playas del Pacífico. Anteriormente, en octubre de 2009, fueron entregadas licencias de exploración a Tikal Minerals, subsidiaria de la australiana Mayan Iron Corp.

El dirigente de Firecreek Resources es el señor Michael Realini quien también dirige la empresa Quetzal Energy que opera concesiones petroleras en Alta Verapaz, y que además desarrolló los proyectos mineros El Pato y El Cóndor. En el caso de Tikal Minerals, su gerente ambiental es el mismo geólogo que fue el primer gerente de la compañía Montana Exploradora en 1996.

Los mismos hilos que unen a las industrias extractivas de alto impacto como petróleo y minería, se unen con el fin de explotar las importantes playas del Pacífico. Todo esto en medio de la reciente formulación de la Política Marino Costera, que resalta el interés por la conservación de los recursos naturales y sociales de esta región. La posible explotación de metales representa una grave amenaza para el desarrollo de las comunidades costeras, el sector empresarial turístico, pesquero, chaletero y otros que basan sus operaciones en el entorno ambiental de la región.

Importantes sistemas naturales estarían en riesgo, como manglares, humedales, esteros, dunas, playas, entre otros. Además se vería afectado el hábitat de especies como tortugas marinas y manglares y toda la diversidad de vida asociada en esta zona de transición natural.

Carlos Salvatierra, correo electrónico: Salvatierraleal@gmail.com . Con información contenida en el comunicado de la Cogmanglar del 26 de mayo de 2010: Ambición minera llega a la Costa Sur.