Una reflexión crítica sobre la participación en los procesos de política internacional sobre bosques

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Cada año, muchos movimientos sociales y ONGs dedican tiempo y energía a la producción de análisis y recomendaciones con la esperanza de influir en las decisiones de quienes formulan políticas sobre deforestación, cambio climático, y derechos de los pueblos que dependen de los bosques y de las comunidades campesinas. Lo mismo ocurrirá para la próxima conferencia de la ONU sobre el Clima y la Conferencia del Convenio sobre la Diversidad Biológica.

Sin embargo, cada año, quienes diseñan las políticas suelen ignorar estas recomendaciones. En el mejor de los casos, incluyen en sus documentos algunos fragmentos de los textos de los grupos de la sociedad civil, aunque en gran medida cuando no interfieren con las decisiones ya tomadas. Es por eso que muchas de las recomendaciones son similares año tras año.

Esto plantea numerosas preguntas, tales como: la participación en los procesos políticos internacionales ¿es una buena estrategia para “influir en los resultados” de esas negociaciones? El tiempo y los recursos invertidos en asistir a estas reuniones (especialmente para los líderes comunitarios y los Pueblos Indígenas que tienen que dejar sus territorios y comunidades para asistir) ¿es la mejor manera de apoyar las luchas que enfrentan en sus lugares? La inclusión de información “verdadera y correcta” en tales procesos ¿será siempre beneficiosa para las luchas populares? ¿O también podría convertirse en un peligro para estas luchas? Y, en definitiva, ¿acaso el problema en estos espacios de políticas y negociaciones es la falta de información?

En vísperas de dos nuevas rondas de las Conferencias de las Partes (COP) de las Naciones Unidas sobre el clima y la diversidad biológica, un nuevo informe del WRM se plantea reflexionar sobre estas cuestiones. El informe se basa en la experiencia del WRM y de los activistas de base con quienes colabora.

Tanto la COP del clima como la de la diversidad biológica son ejemplos claros de espacios en los que los formuladores de políticas han ignorado sistemáticamente las recomendaciones de los grupos de la sociedad civil. Grupos que, de manera constante y con determinación, han solicitado que se aborden con urgencia las causas profundas de la crisis del clima, la biodiversidad y la deforestación, las cuales se agravan año a año.

Por el contrario, estas COP han formulado políticas que fomentan una mayor deforestación y contaminación al permitir que las industrias continúen haciendo negocios, mientras afirman que “compensan” sus emisiones de combustibles fósiles. La principal política en materia de bosques ha sido el mecanismo REDD (Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación de los bosques), que después de 15 años sigue mostrando su total fracaso en reducir la deforestación. Las tendencias más recientes, como las ‘Soluciones Basadas en la Naturaleza’ y las emisiones ‘netas cero’, siguen la misma lógica.

Mientras numerosos grupos de la sociedad civil se disponen a participar en las COP de la ONU con otra serie de análisis y recomendaciones, siguen faltando reflexiones críticas sobre dicha participación. Este informe del WRM intenta ser un aporte en ese sentido.

Éste es el segundo de una serie de informes basados ​​en un documento de discusión más extenso producido en el período 2019-2021 por Larry Lohmann, miembro del comité asesor del WRM. El documento de discusión se basa en entrevistas a activistas de base, al comité asesor del WRM y al secretariado internacional; y es una autorreflexión crítica sobre el trabajo pasado, presente y futuro del WRM en torno a los bosques, la deforestación y su participación en los procesos, foros e iniciativas en materia de política internacional.

Secretariado Internacional del WRM
Octubre de 2022.