El acuerdo de compromiso alcanzado el pasado mes de julio en Bonn sobre las emisiones de gases de efecto invernadero incluye una definición renegociada y ampliada de sumideros, que permite incluir a las plantaciones de árboles dentro de los sumideros de carbono. Esto ciertamente es una buena noticia para los comerciantes en emisiones de carbono. No así para el clima del planeta Tierra.
Artículos del boletín
Un nuevo informe sobre los impactos sociales del desarrollo sobre las comunidades de las Islas Salomón ha puesto en evidencia que las empresas con base en las aldeas fortalecen la vida familiar y del poblado. El informe "Caught Between Two Worlds" (Atrapados entre dos mundos), concluyó que por el contrario, las empresas a gran escala como las madereras y plantadoras a menudo generan tensiones, más trabajo para las mujeres, y perjuicios para la forma de vida de las aldeas.
Las empresas transnacionales dominan cada vez más todos los sectores económicos en los que es posible obtener ganancias. La mayoría de ellas han incorporado consideraciones sociales y ambientales a su discurso, si bien son pocas las que realmente ponen en práctica sus propias declaraciones al respecto.
Camerún, con una población de unos 15 millones de habitantes y un territorio de 475,440 km2, tiene alrededor de 22 millones de hectáreas de bosques, 64% de las cuales son bosques tropicales ubicados en el sur del país, en tanto que el 36% restante se encuentra en zonas de sabanas en el centro y norte del país. Los bosques de la costa atlántica crecen en áreas con suelos relativamente fértiles y están entre los de mayor biodiversidad de todo el territorio africano.
La República del Congo, a menudo conocida como Congo-Brazzaville, tiene una superficie total de 342.000 km2, 60% de los cuales está cubierto por bosques tropicales (21,5 millones de hectáreas), ubicados principalmente en la escasamente poblada zona norte del país. El bosque y sus recursos son la principal fuente de sustento de la mayoría de la población rural que habita esa zona.
Guinea Ecuatorial es un país rico en bosques, y sus valiosas especies (Okoumé, Ilomba, Andouk) han atraído a la industria maderera, en especial desde comienzos de los años 90. La mayor parte del país, aproximadamente 2,2 millones de hectáreas, está cubierta por bosques, que proporcionan sustento a entre 80 y 90% de la población, que obtiene en ellos leña, alimentos, medicinas, materiales de construcción y otros productos.
Los esfuerzos por conservar a algunas especies o hábitats en riesgo en muchos casos se llevan a cabo a expensas de los pueblos locales en todo el mundo. Aunque el pensamiento conservacionista moderno ha abandonado su sesgo original contrario a los pueblos, todavía debe corregir muchos de sus abusos del pasado y aceptar que la gente forma parte del medio ambiente. Las siguientes citas de las conclusiones de un estudio sobre Tanzania realizado por Neumann (ver detalles al final) pueden resultar útiles en ese debate.
Los electos consejos de bosques (Van Panchayats) han sido el único ejemplo existente de espacios legales autónomos para el manejo comunitario de bosques en la India. Después de haber manejado durante años bosques de aldea en Uttarakhand, la región montañosa de Uttar Pradesh, los Van Panchayats están siendo reemplazados por proyectos forestales “participativos” verticalistas promovidos por el Banco Mundial.
Las represas hidroeléctricas siempre has generado enormes impactos sociales y ambientales. La construcción de tales megaproyectos es una importante causa de pérdida de bosques, a la vez que genera graves violaciones a los derechos humanos. Tal como lo estableció el informe de la Comisión Mundial sobre Represas, la construcción de represas ha causado el desplazamiento de entre 40 y 80 millones de personas en todo el mundo. Ya se llevan construidas más de 40.000 represas y la de Mamberamo en Papúa Occidental va camino a convertirse en una más en esa larga lista.
A pesar de los impactos potencialmente devastadores que puede implicar, los fabricantes de papel japoneses están realizando investigaciones de ingeniería genética destinadas a la “creación” de árboles que produzcan más celulosa.
El proceso de revisión, discusión, y mejora de los Criterios, Indicadores, Actividades y Normas de Ejecución Malayas (MC&I, por sus siglas en inglés) para la Certificación de Manejo Forestal han sido objeto de la desaprobación de varias organizaciones comunitarias y de pueblos indígenas, así como de organizaciones no gubernamentales malayas. Aunque formaron parte del proceso, en este momento han decidido retirarse argumentando que su participación fue en cierta forma restringida y malinterpretada como un otorgamiento de consentimiento y aprobación a los actuales MC&I.
Una vez más una empresa extranjera es motivo de conflicto para los pobladores de la Provincia de Puntarenas. La empresa Río Minerales, subsidiaria de la transnacional minera canadiense Wheaton River Minerals Ltda. recibió a comienzos de este año los permisos ambientales para abrir una mina de oro a cielo abierto en Bellavista de Miramar para extraer 60 mil onzas anuales de oro durante 7 años mediante la técnica de lixiviación en pilas utilizando cianuro.