El gobierno del estado brasileño de Pará, sede de la 30°conferencia de la ONU sobre el clima (COP30), anunció la creación de la "Semana de Concientización sobre la Importancia de los Créditos de Carbono". En tanto, el gobierno indonesio instaló un puesto en la COP30 para que vendedores y compradores de créditos de carbono puedan encontrarse. Estas son algunas de las señales más notorias de que las negociaciones sobre el clima se centran más en generar negocios que en frenar la crisis climática.
Artículos del boletín
El Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF) se promociona como la nueva gran idea para financiar la protección de los bosques. Presentado durante la 30° conferencia de la ONU sobre el clima en la ciudad amazónica de Belém, cientos de organizaciones de todo el Sur Global expresaron su rechazo por considerarque refuerza la opresión capitalista-colonialista y que explota la carga de la deuda de los países del Sur.
“Sabemos que estos proyectos no son verdaderamente verdes. Cuando llegan los aerogeneradores, las aves desaparecen. Cuando llegan las minas, las escuelas y los hogares se cubren de polvo. Cuando se apoderan de los bosques en nombre de la ‘política de restauración forestal’ del gobierno, las y los pobres perdemos todo”, explica una organización comunitaria de base de Kham Pa Lai que opone resistencia a los proyectos de industrias extractivas.
Costa Rica se presenta como pionera mundial en implementar REDD+ Jurisdiccional y lo publicita como éxito. Sin embargo, comunidades indígenas denuncian coerción por parte del estado, que pone como condición aceptar esta iniciativa para invertir en salud o educación. En este artículo, un miembro del Pueblo Bribri relata la lucha que llevan adelante.
Cansadas de vivir rodeadas de eucaliptos, comunidades de las provincias de Zambézia, Manica y Nampula alzan la voz contra la ocupación de empresas de celulosa como Portucel Mozambique, que les impide cultivar, acceder al agua y llevar adelante una vida digna. Exigen la devolución de sus tierras y el respeto de sus derechos.
Más de 50 organizaciones, movimientos y comunidades de todo el mundo se han unido para respaldar la Declaración de mujeres contra REDD y los mercados de carbono.
La conferencia anual de la ONU sobre el clima “se ha convertido en una negociación donde la mayor preocupación reside en cuánto dinero cada país piensa que podría ahorrar o conseguir en el corto plazo, en lugar que en encontrar soluciones verdaderas a un problema real”. La reflexión del editorial del boletín del WRM “Nuestras expectativas para la COP6 de la Convención sobre el Cambio Climático” resulta notablemente oportuna 25 años después.
Este boletín demuestra que la lucha contra los monocultivos de árboles –y el modelo que representan– tiene mucha fuerza en el Sur Global, especialmente entre las mujeres. Ya sea en Indonesia, Tailandia, Liberia, Brasil o Colombia, las comunidades siguen en resistencia y han logrado avances.
Somos campesinas y campesinos de Indonesia, el mayor productor mundial de aceite de palma. En las últimas décadas hemos presenciado la proliferación de los monocultivos de palma aceitera en nuestros territorios, una expansión impulsada por empresas multinacionales con el apoyo del gobierno. Falsas promesas nos llevaron a aceptar programas de asociación para plantaciones que nos pusieron en riesgo de perder nuestras tierras. Lo que solían ser bosques y cultivos tradicionales, fueron sustituidos por monocultivos que sólo nos han dejado escasez de alimentos, deudas y la amenaza de inundaciones. Por esta razón, nos organizamos para poner fin a esta explotación y restablecer nuestro modo tradicional de vida. Y aquí estamos para compartir la historia de nuestra lucha.
Esta es la história de como nos hemos juntado, pueblos indígenas y campesinos, bajo el nombre de Territorio de Vida, Interétnico e Intercultural de Cajibío (TEVIIC) para enfrentar, en Colombia, a una de las multinacionales más grandes del mundo en producción de papel y cartón: Smurfit Westrock. Nuestro objetivo es avanzar en la Reforma Agraria desde la autonomía y las acciones de hecho.
Ya sea en Brasil, en medio de los monocultivos de eucalipto, o en Tailandia, rodeadas de plantaciones de palma aceitera, las mujeres sufren impactos específicos y están en la primera línea de la resistencia a estos proyectos que explotan y devastan la tierra en busca de ganancias. Esto es lo que nos cuentan dos activistas campesinas que luchan en defensa de la tierra, cada una en uno de esos dos países.
Dos líderes Joghban que participaron activamente en la lucha contra la invasión de sus tierras ancestrales por la Equatorial Palm Oil (EPO) nos cuentan sobre su proceso de resistencia victorioso. Su resistencia culminó en 2018 cuando el Estado les reconoció oficialmente parte de su territorio. Sin embargo, subrayan que esta lucha histórica aún continúa. “Vamos a resistir; siempre resistiremos, porque la tierra es importante para nosotros y para las generaciones futuras”, dijo Isaac Banwon, uno de los líderes.
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