Artículos del boletín

Las prácticas de uso, manejo y cuidado del fuego están siendo identificados por las políticas sobre cambio climático como las causas de la destrucción de los bosques. Sin embrago, el fuego es crucial para asegurar la soberanía alimentaria y cultural de los pueblos del bosque.
Hoy predomina una concepción capitalista del fuego; pero es resistida por las concepciones vernáculas que continúan evolucionando.
La prohibición al cultivo en barbecho de los indígenas Delang supone una amenaza a su soberanía alimentaria y entramado cultural. Esta se da a pesar del evidente rol de las empresas palmícolas en los incendios forestales en Indonesia. Pero los Delang han decidido resistir. (Disponible en indonesio).
Las empresas de plantaciones de árboles cuentan con enorme poder e impunidad en Chile. Los incendios de 2017 demostraron la colusión de estas empresas con funcionarios públicos para prevenir investigaciones y criminalizar al Pueblo Indígena Mapuche.
Los incendios en la Amazonía están apareciendo con más frecuencia y mayor intensidad. Pero, ¿quién está realmente quemando los bosques?
Desde que la vegetación nativa que rodeaba Quito fue destruida para dar paso a plantaciones de eucalipto y pino, los incendios forestales que la ciudad confronta año a año se vienen intensificando.
En 1989 hubo una guerra en el valle del Lila, Portugal. Centenas de personas se juntaron para destruir 200 hectáreas de eucaliptos, con miedo de que los árboles les robasen el agua y trajesen el fuego.
En solidaridad con la Jornada Mundial de la Lucha Campesina. Un día para recordar, acentuar y movilizarnos contra la persecución y violencia que las campesinas y campesinos sufren a diario a nivel mundial.
La RDC está siguiendo la tendencia de promover programas para "integrar" a las y los campesinos con los agronegocios, poniendo en riesgo el control de las personas sobre sus tierras.
La empresa de palma aceitera Socapalm en Camerún pretende renovar su certificación ISO 14001 que caducó en 2017. Denunciamos los intentos de encubrir la destrucción que ocasiona la empresa a las comunidades y al medio ambiente.
De cómo el secretismo y la conspiración en la industria de la palma aceitera son una catástrofe para los bosques de la cuenca del Congo.
En 2017, la empresa finlandesa UPM firmó un contrato con el gobierno uruguayo para instalar una tercera mega-fábrica dedicada a la producción de celulosa. El proyecto está sujeto a exorbitantes condiciones impuestas por la multinacional.