Artículos del boletín

Del 24 al 28 de marzo de 2009 se llevó a cabo en Heredia, Costa Rica, la reunión internacional del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM) en torno a la temática “clima, bosques y plantaciones” y sus relaciones con las comunidades locales.
Desde hace mucho tiempo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) actúa a favor de la industria forestal. Una de las estrategias de la FAO para apoyar la expansión de los monocultivos es fingir que las plantaciones industriales de árboles son bosques.
Hasta el año pasado, el Consejo de Manejo Forestal (FSC) había certificado 8,6 millones de hectáreas de plantaciones industriales de árboles a pesar de la amplia evidencia respecto a la insustentabilidad social y ambiental de los monocultivos de árboles a gran escala.
El WRM acaba de producir cuatro nuevos documentos (solo en inglés) que intentan servir de herramientas para la acción.
Del 24 al 28 de marzo de 2009 se llevó a cabo en Heredia, Costa Rica, la reunión internacional del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM) en torno a la temática “clima, bosques y plantaciones” y sus relaciones con las comunidades locales.
En su novela “El hombre invisible” el escritor H.G. Wells cuenta la historia de un científico que logra volverse invisible y de los problemas que ello le acarrea.
Vastas áreas de tierras donde predominan ecosistemas ricos y diversos están siendo reemplazadas por plantaciones de árboles a gran escala en el Sur. Estas plantaciones – ya sea de eucaliptos, pinos, caucho, palma aceitera u otros – están generando graves impactos sobre las comunidades locales, que ven cómo sus ecosistemas y sus medios de vida se destruyen para dar paso a plantaciones industriales de árboles.
La producción de palma aceitera está aumentando en Papúa Nueva Guinea, un país donde el 97% de la tierra es de propiedad comunal y donde la mayor parte de la población de 5 millones de personas aún vive en la zona rural y depende de la agricultura de subsistencia para su sustento. El aceite de palma producido es, en su mayoría, exportado a la Unión Europea, siendo el Reino Unido, los Países Bajos e Italia los principales mercados.
“No quiero dinero. Quiero recuperar mi tierra…si hoy me dieran un millón de nairas [la moneda local], de todas formas me quedaría sin nada, pero si tengo mi tierra siempre puedo cultivarla para cuidar a mi familia y posiblemente dejarla en herencia a mis hijos.” (Mujer de Iguoriakhi)
La construcción de centrales hidroeléctricas en Brasil está marcada por la falta de respeto al medio ambiente y a la sociedad, y principalmente, por la falta de respeto a las comunidades afectadas, que ven cómo sus modos de vida se modifican radicalmente y cómo se anulan en nombre del “desarrollo de la sociedad capitalista”. En Brasil ya se construyeron más de 2.000 represas que expulsaron a más de 1 millón de personas de sus tierras.
El consumo mundial de papel se disparó en los últimos 50 años. Tan solo alrededor de un tercio de la producción de papel se utiliza para escribir e imprimir, en su gran mayoría para propaganda. Y casi la mitad del total del papel producido se utiliza para embalaje.
Una de las consecuencias del cambio climático es el aumento y el agravamiento de fenómenos naturales como las sequías, las inundaciones y las tormentas. Para empeorar las cosas, las consecuencias del actual cambio climático provocado por el ser humano se vuelven aún más graves debido a una serie de actividades destructivas, entre las cuales hay dos en las que nos enfocaremos: la deforestación y el monocultivo de árboles.