Sudeste asiático: fortaleciendo la resistencia más allá de las fronteras


Éste es el tercer boletín regional del WRM en los últimos 10 meses. El primer número regional (Boletín 224 del WRM) examina lo que impulsa el acaparamiento de tierras en la región de la Cuenca del Congo en África. El segundo boletín regional, número 226, está dedicado a la resistencia de los pueblos a un pasado colonial que persiste con imposición y violencia a lo largo de América Central. En este número, el foco está puesto en la región comúnmente referida como sudeste asiático.

Con estos boletines regionales, el WRM quiere llamar la atención sobre las luchas de resistencia en regiones particularmente afectadas por la destrucción de los bosques. El objetivo no sólo es dar visibilidad a la situación y las luchas comunitarias, sino también apoyar los procesos a menudo desafiantes de trabajo en redes y creación de movimientos entre organizaciones comunitarias, grupos activistas y movimientos sociales en los países particulares de cada región y entre las diferentes regiones.

La elaboración de boletines regionales ha sido un buen ejercicio de aprendizaje. Hemos observado, por ejemplo, que las fronteras geográficas existentes que delimitan los estados nacionales y conforman las regiones destacadas suelen separar y aislar a las comunidades que luchan por defender sus medios de subsistencia y sus bosques. El sudeste asiático no es una excepción. Los territorios de Camboya, Indonesia, Timor Oriental, Laos, Malasia, Brunei, Birmania, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam figuran generalmente bajo el término de sudeste asiático, pero Papua Nueva Guinea, los provincia china de Yunnan, o el estado indio de Manipur, no son vistos como parte de esta región. Esta exclusión revela que el término sudeste asiático es más una referencia política que una referencia puramente geográfica. La comprensión actual del término se remonta al proceso relativamente reciente de cuando los estados coloniales europeos empezaron a repartirse la vasta región entre ellos. Esta conquista, aunque está envuelta en agendas de diferentes nombres e involucra a un gran conjunto de actores institucionales, continúa hasta el día de hoy.

En noviembre de 2016, colegas y amigos de la mayoría de los países de la región se reunieron en Bangkok, Tailandia/Siam, para compartir historias y sentimientos de los diversos contextos locales de crisis. La reunión se centró en torno a una preocupación común: “¿qué está pasando con nuestros bosques?” Comparando, discutiendo y entrelazando entre todos las similitudes de las remembranzas que cada participante trajo a la reunión, esta pregunta reveló inmediatamente que el sudeste asiático tiene, como región, una historia de “pérdida de bosques”. Esta percepción contrasta fuertemente con la falsa imagen de “crecimiento y desarrollo” de la región presentada por las élites políticas y los responsables políticos de las instituciones internacionales.

De la síntesis de las situaciones de crisis relatadas por los participantes surge una serie de puntos en común y también la singularidad de cada situación de las comunidades en los diferentes países. Uno de los puntos en común es la experiencia de que el llamado marco de “crecimiento verde” es el mismo en cada país. Se trata de la vieja doctrina del crecimiento económico extractivo, ahora con una etiqueta “verde”. Estos procesos destructivos con su nueva cortina de humo verde abarcan a muchos actores, viejos y nuevos - y generalmente no locales. Al mismo tiempo que se impone el discurso del “crecimiento verde”, los gobiernos de la región se vuelven cada vez más dependientes del extractivismo para su supervivencia política. Por otra parte, se sigue culpando falsamente a la población local de la destrucción del medio ambiente, y la dependencia intergeneracional que mantienen con los bosques para satisfacer sus necesidades básicas es presentada como causa de pobreza. El uso de la violencia y la represión contra las comunidades va en aumento, pero, al mismo tiempo, cada vez más las comunidades se hacen cargo de sus resistencias y su defensa, avanzando con denunciar y voltear la estrategia de culpa.

Una de las impresiones más fuertes de la reunión de Bangkok fue que el destino de los bosques a través del carácter destructivo del “progreso” y la alteración que provoca, ofrece los lazos invisibles que reconectan las historias de la subregión continental - incluido el Noreste de la India y el Mekong - y la subregión de las islas de Malasia, Indonesia y Filipinas. Los actores estatales y privados responsables de la destrucción que caracteriza al “desarrollo” en toda la región han tenido que inventar constantemente nuevas historias para encubrirlo y presentar esta destrucción como “progreso”. Suelen pintar las prácticas agroecológicas y su tejido social dentro de las comunidades forestales como atrasadas, anticuadas e improductivas. La realidad no podría estar más lejos de esta falsa representación.

Como resultado de esta constante presión, en algunos lugares la unidad social y ecológica  a la interna de las comunidades así como entre ellas, ha comenzado a desmoronarse, mientras que la diversidad de formas, instituciones y mecanismos de solidaridad humana se convirtieron en arsenales para la estrategia divide y reinarás. Por último, pero no menos importante, el asesinato y el saqueo fueron escondidos detrás de apariencias y nombres nuevos. Para nombrar sólo algunos de ellos, en Filipinas, los asesinatos extrajudiciales son “medidas enérgicas de la ley y el orden” (1); en Camboya, la demorada investigación oficial de un tiroteo brutal se atribuyó a la forma en que las familias de las víctimas lo informaron a la policía (2); en Indonesia, el apoyo financiero para suavizar la expansión de las plantaciones de palma aceitera utiliza palabras clave como “asegurar los derechos territoriales de las comunidades locales comprometiéndose con el sector de las plantaciones” o “apoyar los esfuerzos para proteger bosques con alto valor de conservación/alto contenido de carbono en concesiones de palma aceitera”. (3).

Una manera de mantener en silencio e invisibilizar la destrucción de los bosques así como el sufrimiento resultante y la resistencia de las comunidades en todo el sudeste asiático, ha sido que los responsables de la destrucción han contrastado los daños con los llamados planes de “desarrollo”. Por ejemplo, el Plan de Acción Forestal Tropical (TFAP) de 1986 del Banco Mundial renombró la destrucción como “desarrollo industrial con base en el bosque”, agregando la expansión de las áreas de conservación como forma de mantener la destrucción bajo control. Exactamente tres décadas más tarde, la reunión de Bangkok observó que, aunque el TFAP fue archivado hace largo tiempo, la protección forestal y la destrucción de los bosques que introdujeron existen hoy bajo nuevos nombres: como políticas, programas o marcos para el “crecimiento verde”; como “escenarios en el que todos ganan” para la protección del “medio ambiente y desarrollo”, o para la “conservación y mitigación de la pobreza”; como créditos de carbono o de “compensación” con reconocimiento de derechos; como “corredores de biodiversidad” o “compensación de biodiversidad” para “minería con impactos positivos en la biodiversidad”. Independientemente de los nuevos nombres, las consecuencias para las comunidades que dependen de los bosques siguen siendo las mismas que en los programas como el TFAP: restricciones a las prácticas tradicionales de uso de la tierra o incluso la pérdida de tierras para dar paso a nuevos acaparamientos “verdes” de tierras.

Aunque los avances de la destrucción de los bosques nunca conoció fronteras, la reunión de corazones en Bangkok demostró que la resistencia y la sanación tienen el poder de unir a las comunidades y los pueblos más allá de las fronteras, en el sudeste asiático y en todo el mundo. Este boletín es otra manera de apoyar y difundir este mensaje. Para apoyar este proceso, el boletín - que contiene artículos sobre el Noreste de la India, Tailandia, Myanmar, Indonesia y Camboya, así como un artículo general sobre la región -  se traducirá a algunos de los principales idiomas de la región.

¡Disfruten de la lectura!

 

(1) Philippines' Duterte draws Hitler parallels in war on drugs. AFP, 30 de septiembre, 2016 y Mu5W5CJAPH4"> 

(2) Police Blame Family for Stalled Probe Into Lost Boy. The Cambodia Daily, 2 de septiembre de 2015. https://www.cambodiadaily.com/news/police-blame-family-for-stalled-probe-into-lost-boy-93151/  

(3) Climate and Land Use Alliance Indonesia Initiative. Grants and Contracts List.  http://www.climateandlandusealliance.org/wp-content/uploads/2017/01/Indonesia-Grants-List_2017-Q1.pdf