En 1997 Friends of Hamakua -una ONG local- junto a organizaciones campesinas y comunitarias realizaron una exitosa resistencia a un proyecto de Prudential Insurance Co. y Oji/Paper Marubeni para instalar una gigantesca plantación de eucaliptos y una fábrica de pulpa en Big Island, Hawaii. Dicho proyecto fue finalmente rechazado por las autoridades de Hawaii. (ver Boletines 3 y 7 del WRM ).
Artículos del boletín
Cada vez que visitamos un área cubierta por plantaciones forestales de monocultivos a gran escala encontramos gente enfrentada con problemas iguales o similares. En Tailandia y Chile, en Brasil o Venezuela. Y cada vez nos encontramos a los forestales negando la existencia de esos problemas.
El 4 de octubre, Greenpeace hizo un llamamiento a consumidores de productos de madera a que abandonaran su rol en la destrucción de bosques primarios, no comprando sus productos a aquellas compañías implicadas en la tala destructiva de los bosques primarios. Greenpeace lanzó un informe global: "Comprando destrucción: un informe de Greenpeace para empresas consumidoras de productos forestales", en el que identifica a más de 150 empresas productoras o comercializadoras de productos forestales provenientes de bosques primarios.
Un grupo de 87 organizaciones de pueblos indígenas, ONGs y redes firmaron el pasado julio en Ginebra, Suiza, una declaración de pueblos indígenas sobre los aspectos relacionados a la comercialización de los derechos de propiedad intelectual (TRIPS) del acuerdo de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El 17 de setiembre ppdo. y en el marco de una campaña internacional, nos dirigimos al Sr. Hiroshi Yasuda, Director del Export-Import Bank del Japón, solicitándole que reconsiderara el apoyo de dicha entidad financiera al proyecto de la represa San Roque en Filipinas (ver artículo en esta edición).
Ha estallado un conflicto en relación con 400.000 hectáreas de bosques en el estado de Orissa en la India. Actores del mismo son los campesinos que han regenerado esos bosques a partir de tierras degradadas y los funcionarios del gobierno, que consideran que esas tierras pertenecen al estado. Del total del área protegida, 60% corresponde a reservas forestales, en tanto el resto se reparte entre bosques protegidos y bosques de las aldeas.
Entre el 18 y el 22 de noviembre ppdo. tuvo lugar en Málaga, Santander (Colombia) la IV Conferencia Nacional y Conferencia Internacional de Páramos y Bosques Altoandinos. El evento contó con la participación de delegados de Colombia, Venezuela y Costa Rica, quienes resumieron sus puntos de vista en una declaración que puede leerse en la página web del WRM.
La credibilidad a futuro del Consejo de Manejo Forestal (FSC) se encuentra en una encrucijada. Aracruz Celulose, una de las mayores compañías plantadoras del globo y el mayor productor mundial de pulpa blanqueada de eucalipto, ha solicitado la certificación del FSC para una porción de sus tierras (95.500 hectáreas, de las cuales 56.500 plantadas con eucaliptos) localizada en el estado de Bahia, Brasil.
El Delta del Níger, en el sur de Nigeria, ha sido escenario de destrucción ambiental y violaciones de los derechos humanos en relación con la prospección y explotación de petróleo. La actividad de las petroleras, como Shell, Mobil, Chevron y NAOC- con el apoyo del ejército nigeriano- ha sido denunciada reiteradamente y resistida por las comunidades locales (ver Boletines 22 y 23 del WRM). Las poblaciones locales han obtenido recientemente una gran victoria sobre la poderosa Texaco Company, con sede central en los EE.UU.
Las plantaciones industriales para madera reciben el nombre de forestales. Esto resulta engañoso puesto que concita una imagen de hermosos bosques nativos. Sudáfrica necesita madera para la fabricación de pulpa y papel, para construcción, mueblería y muchos otros usos, pero no debemos perder de vista cuál es el costo que nuestro país debe pagar por ello. Estas plantaciones son monocultivos de especies muy invasoras, plantas exóticas que cubren vastas áreas de algunos de los suelos más fértiles del país.
Los bosques de Camerún están siendo destruídos a una velocidad alarmante debido a los altos precios que se pagan en el mercado internacional por algunas especies de maderas nobles, al peso de la deuda externa que el país mantiene y a la connivencia de intereses entre algunos funcionarios públicos y las compañías forestales, en especial las francesas (ver Boletín 4 del WRM).
Los planes para establecer una plantación industrial de acacia en los territorios tradicionales (NCR) de los Dayak Iban en el área Balingia han generado una fuerte resistencia. Esta plantación afectará los territorios ancestrales de 23 "longhouses" (*). El problema se originó en 1997, cuando el gobierno del Estado otorgó a la empresa Borneo Pulp Plantation (BPP) un permiso provisional sobre dos lotes en dicha área, que comprende alrededor de 300.000 hectáreas, sin conocimiento ni consentimiento informado de los pueblos afectados.