El papel es un material que la mayoría de las personas da por descontado en los países industrializados. Millones de árboles son derribados, molidos y transformados en papel, el cual es impreso y luego desechado sin haber sido siquiera leído. ¿Por qué tratamos con gran respeto al algodón, el lino y otras telas fabricadas a partir de fibras vegetales – las lavamos cuidadosamente y hasta las remendamos cuando se desgarran – y sin embargo tiramos a la basura hojas de papel apenas usadas, que provienen de los árboles, los organismos vivos más viejos del planeta?
Artículos del boletín
Desde comienzos de los años 60, el consumo mundial de papel y cartón ha aumentado casi siete veces. Cada año, cada habitante del Reino Unido gasta en promedio más de 200 kilogramos de papel. En los EE.UU. la cifra llega a casi 300 kilogramos. El consumo mundial de papel no es para nada equitativo. En Laos, por ejemplo, la gente usa en promedio menos de un kilogramo de papel por año. Sin embargo, las comunidades rurales de Laos enfrentan actualmente una rápida expansión de las plantaciones de eucaliptos para satisfacer la demanda de materia prima de la industria papelera mundial.
“Cuando yo utilizo una palabra significa lo que yo quiero que signifique..., ni más ni menos” dijo Humpty Dumpty a Alicia. Bienvenidos al “País de las maravillas”, no el de Lewis Carroll sino el de la Confederación de Industrias Papeleras Europeas (CEPI). Esta organización representa a 800 empresas de papel y celulosa de 18 países europeos, que producen más de un cuarto de la producción mundial de papel.
El hambre en el mundo genera cada vez más preocupación en quienes aún no la sufren y más sufrimiento entre quienes la padecen, cuyo número aumenta año tras año. Sin embargo, las políticas elaboradas desde los centros globales del poder no solo poco hacen para resolver el problema, sino que en general lo agravan.
Los agrocombustibles están recibiendo crecientes advertencias, protestas y denuncias provenientes de filas tan dispares como personalidades oficiales de las Naciones Unidas -- el Director General de la FAO Jacques Diouf y el relator de la ONU para el Derecho a la Alimentación, Jean Ziegler –, primeros ministros como Fidel Castro, y organizaciones sociales del Norte y del Sur (ver 1 y 2). Pero a pesar de eso, las plantaciones para combustible avanzan.
El primer fin de semana de mayo, un ciclón arrasó Birmania. Nagris, como fue llamado, golpeó el delta de Irrawaddy con vientos cercanos a los 190 km/h. Sin embargo, los mayores estragos los ocasionó el oleaje que acompañó la tormenta: una ola de 3,5 m de altura inundó y arrasó la mitad de las casas de los pueblos de las zonas bajas. La gente no pudo escapar y las cifras de personas muertas oscilan entre 22.000 y 100.000.
Su nombre era Parojnai. Pertenecía al pueblo indígena Ayoreo-Totobiegosode que habita en la selva del Chaco, la cual se extiende desde Paraguay hasta Bolivia y Argentina, al Sur de la cuenca del Amazonas.
Las iniciativas de producción de agrocombustible están proliferando en muchos países de África, incluso en Zambia, donde la jatrofa ha sido elegida como el principal cultivo para producir biodiesel en tanto la caña de azúcar, el sorgo dulce y la mandioca se destinan a la producción de bioetanol.
Millones de personas en el mundo entero viven en zonas rurales y, en mayor o menor medida, dependen de los ecosistemas forestales para su sustento. Sin embargo, la degradación de los bosques y la deforestación están avanzando a un ritmo alarmante, poniendo en riesgo sus vidas.
El Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) es un proceso gubernamental internacional que parecía muy bueno cuando nació en 1992, durante la Cumbre para la Tierra de las Naciones Unidas celebrada en Río de Janeiro, Brasil.
Érase una vez ... un mundo que enfrentaba graves problemas ambientales y todos los gobiernos se reunieron para hacer algo al respecto. El histórico evento fue llamado Cumbre de la Tierra y tuvo lugar en 1992, en el escenario tropical de Río de Janeiro.
Todo el mundo estaba muy entusiasmado porque los gobiernos se habían comprometido con la idea de un nuevo tipo de desarrollo – que definieron como “sostenible” –, el cual evitaría los impactos negativos sobre el ambiente generados por el modelo de desarrollo que en ese entonces prevalecía.
Hoy el mundo --el mundo de la gente-- asiste desvalido a una crisis mundial por la súbita alza de los precios de los alimentos, que, como todos los desastres, afecta más gravemente a los sectores más vulnerables, a las economías más dependientes, a los países más empobrecidos.