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En el año 1987, a través de la ley forestal (Nº 15939 de diciembre de 1987), comienza en Uruguay la promoción de las plantaciones en gran escala de monocultivos de árboles de rápido crecimiento. Las plantaciones forestales ocupan hoy más de un millón de hectáreas de tierras que no son solamente de la categoría denominada “prioridad forestal”.
La empresa estadounidense ArborGen, cuya sede se encuentra en Carolina del Sur, es una sociedad de las madereras International Paper y Mead Westvaco y de la empresa neozelandesa Genesis Research and Development. ArborGen ha estado cultivando eucaliptos híbridos transgénicos y estudiando su rasgo de tolerancia al frío en una parcela secreta situada en el condado de Baldwin, Alabama, cerca de la costa del Golfo de México.
El sitio Web del WRM tiene una nueva sección dedicada a grabaciones en video. Se puede acceder a ella en la columna de la izquierda de la página o yendo directamente a http://www.wrm.org.uy/Videos/index.html.
Los bosques tropicales congoleños de África Central constituyen, luego de los bosques del Amazonas, la segunda mayor selva tropical del planeta y una zona de enorme biodiversidad. Dos terceras partes de los bosques se encuentran en la República Democrática del Congo (RDC), que continúa dividida por la feroz guerra civil alimentada por la rivalidad en el control de los recursos naturales y que ya cobró 3,5 millones de vidas. Aproximadamente 40 millones de personas de la RDC dependen de los bosques tropicales para su supervivencia.
En su gran mayoría los Ayoreo de Paraguay (ver Boletín Nº 96 del WRM) fueron contactados a la fuerza y deportados a lugares fuera de sus extensos territorios ancestrales entre 1959 y 1987, así como desplazados por la ocupación de sus tierras para actividades agropecuarias. Esa situación los sometió a un alto grado de dependencia de las misiones religiosas y del mercado regional.
Durante los últimos 30 años aproximadamente, una tala intensa y continua ha tenido lugar en Sarawak. Más del 95% de los bosques originales de Sarawak ha sido talado al menos una vez. Las pocas zonas restantes de bosque primario sin protección en Sarawak son regiones montañosas, cercanas a la frontera con Indonesia, que están siendo rápidamente taladas por los cinco principales grupos madereros activos en Sarawak y su miríada de empresas subsidiaras y contratistas asociados.
Solo disponible en inglés -  Miguel A Altieri, Professor of Agroecology, University of California, Berkeley Elizabeth Bravo, Red por una América Latina Libre de Transgenicos, Quito, Ecuador
Solo disponible en portugués e inglés Soberania alimentar, agricultura camponesa e impactos ambientais são temas ainda pouco discutidos quando se fala em biocombustíveis
Durante más de una década los políticos y científicos al servicio de las grandes transnacionales calificaron de alarmistas y poco fundamentadas las previsiones sobre la incidencia de nuestro modelo energético en el Cambio Climático. Ahora, a partir del 2006, asistimos al espectáculo de ver como estas mismas fuentes, que tanto dinero gastaron en estudios que “probaban” la inexistencia del fenómeno, son las que están desarrollando una vasta campaña de concienciación sobre los peligros del Cambio Climático.
Los monocultivos de eucaliptos avanzan en amplias zonas del país, ocupando territorios de poblaciones tradicionales, desplazándolas, expulsando a la gente del campo y contribuyendo así a la creación de cinturones de pobreza, con el contexto de violencia y criminalidad que éstos necesariamente conllevan. Y como si todo eso fuera poco, también vienen por su cuota de sangre.
La pérdida de tierras y de acceso a los recursos naturales está empeorando la crisis de la economía y los medios de subsistencia de las comunidades rurales de Camboya. “Se está despojando a la gente de sus tierras por quienes tienen poder político y dinero”, escribe Shalmali Guttal en un informe reciente para Focus on the Global South.*
En diciembre pasado, cuatro personas (un camerunés, una pareja suiza y un uruguayo), recorríamos el camino público que atraviesa las plantaciones de palma aceitera de Socapalm (Société Camerounaise des Palmeraies) en la región de Kribi. Al llegar a la barrera de control instalada por la empresa –que ya habíamos atravesado más temprano en el día- fuimos detenidos por un guardia de seguridad privada, que nos exigió nuestros documentos de identidad.