Artículos del boletín

Los bosques de Camboya han sufrido una deforestación a gran escala por las plantaciones de caucho y yuca, la tala ilegal y otros intereses económicos. Además, Áreas Protegidas y proyectos de carbono como REDD+ han afectado severamente a las comunidades del bosque. A pesar de la criminalización, las comunidades resaltan la conexión que hay entre los bosques y la autonomía para una alimentación suficiente y diversa.
Una reciente Consulta Popular en el Ecuador pretendía, entre otras cosas, incluir las ‘compensaciones por servicios ambientales’ como derecho constitucional. La mayoría de electores votó por el NO. Sin embargo, este intento es una alerta sobre los intereses para profundizar las políticas de apropiación y mercantilización de la naturaleza.
Los Pueblos Indígenas y las comunidades de los bosques en Tailandia se ven amenazadas por políticas que han añadido un nuevo tipo de activo: los créditos de carbono. De hecho, la legislación aprobada en nombre de la conservación y la mitigación climática está diseñada para limitar a las comunidades de los bosques en el uso de sus tierras y bosques a la vez que las confina a áreas más pequeñas.
Urge poner fin a la quema de combustibles fósiles. No obstante, las compañías de petróleo y gas aumentaron la producción y las ganancias en el 2022. Los contaminadores maquillan de verde sus actividades diciendo que compensan sus emisiones con ‘soluciones basadas en la naturaleza’, lo que significa acaparamiento de tierras, violencia y tomar control sobre vastas superficies de tierra en el Sur global.
En este mes de marzo, recordamos un boletín que denuncia las capas de opresión que confrontan las mujeres que viven alrededor de plantaciones.
Las empresas, los gobiernos, las ONG conservacionistas, las consultorías, los agentes de bolsa, los bancos y muchos otros trabajan con ahínco para establecer programas de mercado de carbono como si se tratara del único camino posible a seguir.
Las plantaciones de palma aceitera son causa central de la deforestación en el sureste mexicano. Una red de mujeres en Chiapas se han organizado para denunciar las tácticas de coerción y engaño por parte del Estado y de las empresas para que el campesinado acepte el monocultivo en sus tierras. Su lucha es por la tierra, por sus conocimientos, y porque sus voces sean escuchadas.
En 2022, el WRM conversó con autoras y autores de la publicación “15 años de REDD: un mecanismo intrínsecamente corrupto”. El objetivo fue reflexionar sobre las diversas capas de impactos dañinos que REDD ocasiona desde hace 15 años. Aquí se presenta un resumen de cada intervención.
La empresa de plantaciones de palma aceitera Socfin ha significado violencia y opresión en varios países africanos. Sierra Leona no es la excepción. En colaboración con Aminata Finda Massaquoi, periodista y coordinadora nacional de la red de defensa de las mujeres WORNAPI, el WRM lanzó un podcast con testimonios de mujeres que sufren los impactos de las plantaciones industriales.
Los gobiernos de Brasil e Indonesia decidieron, en algún momento, establecer una nueva ciudad capital. Mientras que en Brasil construyeron Brasilia hace unos 60 años, la construcción de la nueva capital de Indonesia está en marcha. Ambos proyectos refuerzan un Estado colonial, pero también revelan el papel de las luchas sociales como forma de revertir una historia de colonialismo. (Disponible en indonesio).
Explorando algunos aspectos de un reciente estudio del WRM, señalamos cómo cuatro proyectos en el municipio de Portel, en el estado de Pará, en la Amazonia brasileña, refuerzan ciertas fantasías inherentes a la idea de comercio de carbono desde el mecanismo REDD.
La mayoría de las causas de la deforestación que se identificaron en un análisis mundial liderado por la ONU en 1999 aún siguen vigentes. No obstante, las ‘soluciones’ propuestas desde entonces se han convertido en nuevas causas subyacentes de la deforestación. En este escenario, los proyectos que destruyen el bosque y los proyectos ‘verdes’ dependen uno del otro para ser viables.