Artículos del boletín

Este boletín destaca materiales y análisis relacionados con las luchas de las comunidades contra las plantaciones industriales de árboles. También rinde homenaje a las comunidades de la República Democrática del Congo, que desde la época colonial luchan por recuperar sus tierras de manos de una empresa de palma aceitera. Su valiente resistencia muestra las múltiples capas de opresión y violaciones que resultan del modelo de plantación.
Más allá del discurso que acompaña a las plantaciones industriales de árboles, las empresas siempre han buscado el control sobre las tierras fértiles de las comunidades. El modelo del monocultivo pone en peligro la supervivencia, la soberanía alimentaria y la autonomía de las comunidades, profundiza la violencia del patriarcado e impone la misma forma destructiva y opresiva de organizar la tierra que se impuso durante la época colonial.
La red que articula a movimientos, organizaciones y comunidades en lucha contra los monocultivos de árboles se reunió en el Extremo Sur del Estado de Bahía. Este 21 de Septiembre, denunció una vez más los impactos de un modelo violento e injusto, basado en plantaciones a gran escala en su mayoría para la exportación de celulosa.
Las plantaciones de palma aceitera de BIDCO -una empresa de propiedad parcial de Wilmar-, en la isla de Kalangala, Uganda, provocaron impactos devastadores. La compañía planea expandirse a la isla Buvuma. Sin embargo, ¡enfrenta una fuerte oposición organizada! Compartimos un breve video con testimonios de la resistencia en la isla Buvuma.
Con motivo del 21 de septiembre de 2022, Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles, el WRM lanzó el informe “12 Respuestas a 12 Mentiras sobre las Plantaciones Industriales de Árboles”.
La Alianza Informal contra la Expansión de las Plantaciones Industriales de Palma Aceitera en África Occidental y Central emitió una declaración que da continuidad a la denuncia de los numerosos abusos en torno a las plantaciones industriales así como a su fuerte compromiso de resistir su expansión, en defensa de sus territorios y sus vidas.
Detrás de cada acaparamiento de tierra también hay acaparamiento de agua. La tierra y el agua están interrelacionadas y son inseparables, y el agua, en este sentido, es un aspecto esencial de la tierra y la vida. Fluye, se transforma, nutre y es nutrida por otros ciclos de vida. El agua es, por lo tanto, un aspecto clave de las luchas comunitarias.
Las comunidades quilombolas de Sapê do Norte, Brasil, viven un proceso violento ante la expansión de los monocultivos de eucalipto a gran escala. Después de muchas dificultades, iniciaron un proceso para recuperar sus tierras y el agua en sus territorios. Y la lucha por recuperar lo que les pertenece continúa. WRM dialogó con dos activistas quilombolas para reflexionar sobre este difícil pero fértil proceso de resistencia.
La producción industrial de aceite de palma en África Occidental y Central está controlada principalmente por cinco multinacionales y podría dar lugar a una expansión continua. Las plantaciones están acaparando grandes extensiones de tierra. La tierra y el agua son interdependientes, pero la crisis del agua no existiría si las empresas no hubieran arrebatado la tierra a las comunidades.
Las comunidades indígenas afectadas por la contaminación de la actividad petrolera, se ven además impedidas de acceder a agua limpia para su consumo y uso. En la Amazonía norte peruana, cien comunidades y sus federaciones indígenas llevan una lucha unitaria, constante y articulada desde hace once años, en defensa de sus territorios y ríos.
Los habitantes de la Isla Pari ven cómo con mayor frecuencia sus casas y negocios quedan sumergidos bajo el mar. Además de sus luchas contra el turismo industrial, cuatro residentes de la isla han iniciado una acción legal contra uno de los mayores emisores de dióxido de carbono del mundo y, por lo tanto, uno de los principales responsables de su situación: la compañía de cemento Holcim.
El río Beni, en la Amazonía boliviana, está amenazado. Mientras el gobierno busca instaurar mega-represas que inundarían una área mucho mayor a la cobertura urbana de La Paz, la capital, la minería y su contaminación con mercurio siguen enfermando la vida en esos territorios.