Varias empresas vienen ampliando las plantaciones de árboles en la Orinoquia colombiana, incrementando conflictos y violencia de larga data. “Esas empresas no son reforestadoras sino deforestadoras, porque han traído especies introducidas como el acacio, el eucalipto y el pino que no son del territorio, entonces están eliminando lo que es de aquí” - Líder indígena Sikuani
Artículos del boletín
Una nueva ola de expansión de represas hidroeléctricas avanza por el Sur Global bajo el argumento de producir ‘energía limpia’, acelerar la ‘transición energética’ y promover una ‘economía baja en carbono’. El 14 de marzo, comunidades difundieron una declaración conjunta en la que denuncian las consecuencias de la destrucción que las grandes represas ya producen en el mundo entero, y rechazan la construcción de más represas, mientras afirman enérgicamente: ¡las grandes centrales hidroeléctricas no son energía limpia!
La “Deklarasi Solidaritas Merauke” (Declaración de Solidaritas Merauke, ver más adelante) fue redactada colectivamente por participantes de la “Konsolidasi Solidaritas Merauke” (Reunión de consolidación de Solidaritas Merauke), un encuentro popular que se llevó a cabo en la ciudad de Merauke, provincia de Papúa Meridional, en marzo de 2025. La declaración exige la suspensión inmediata del Proyecto Estratégico Nacional (PSN) de Merauke.
En los primeros meses de 2025, incendios forestales volvieron a afectar a cientos de familias y quemar decenas de miles de hectáreas en la Patagonia argentina. En este contexto, compartimos un artículo de Aguayala publicado en el boletín 259 del WRM, que explica cómo las plantaciones industriales de pinos vienen siendo una de las principales causas no sólo de incendios forestales mortales, sino también de acaparamiento de tierras, deforestación, agotamiento del agua y violentos conflictos con las comunidades mapuches.
El pasado 22 de noviembre finalizó en Bakú, Azerbaiyán, la COP29 de la ONU sobre el cambio climático. En una de sus sesiones, delante de una foto de la selva amazónica intacta, las autoridades brasileñas hablaron de la COP30, que se celebrará en la región. Sin embargo, lejos de los reflectores en Bakú, la realidad de muchos pueblos amazónicos es de desesperación, ya que los incendios forestales están consumiendo la selva.
Son cada vez más frecuentes las iniciativas de empresas y ONG enfocadas en la “temática de género” que distorsionan y despolitizan la lucha feminista. Los diversos ejemplos de “lavado violeta” no inciden en las causas estructurales de la opresión contra las mujeres y perpetúan las desigualdades sistémicas propias del capitalismo.
En la provincia de Kalimantan Oriental, el Banco Mundial apoya el primer programa REDD jurisdiccional del gobierno indonesio. Las ONG conservacionistas internacionales TNC y WWF han desempeñado un papel clave en la preparación y ejecución del programa. Si bien proclaman que es una "historia exitosa" (1), este programa está lleno de contradicciones.
La recientemente publicada “Declaración de Mouila” es un mensaje de resistencia, solidaridad y unidad de las comunidades y organizaciones populares de la Alianza Informal contra la Expansión de los Monocultivos Industriales.
“Declaramos nuestra oposición al proyecto minero” - ése es el mensaje de la comunidad de Sainte Luce a QIT-Madagascar Minerals (QMM) y a las autoridades malgaches. La comunidad se ha declarado en contra de las intenciones de la empresa de extraer ilmenita, un mineral utilizado en la fabricación de pinturas blancas y plásticos, entre otros productos, ya que ello destruiría sus tierras y zonas de pesca. Han dejado clara su posición en una carta y testimonios en vídeo, que en diciembre de 2023 entregaron a la filial de Rio Tinto y a las autoridades.
La propuesta de “cerrar la brecha financiera de la biodiversidad” no aborda las causas subyacentes de la pérdida de biodiversidad sino que profundiza la financiarización de la naturaleza, lo que permite al sector empresarial y finaciero sacar provecho de la crisis ambiental. Sobre esto realiza un análisis Andre Standing, integrante de la Coalición por Acuerdos Pesqueros Justos (CFFA), en esta entrevista publicada por Acción Ecológica durante la COP16 del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).
El artículo aborda la creación de REDD+ como resultado del conservacionismo como moda, lo que firmó las bases para que bancos de inversión y gobiernos del norte global destinaran sus recursos a ese tipo de programa, despertando enseguida también el interés de corporaciones de los sectores alimentario y de bienes de consumo.
Entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre se lleva a cabo en Colombia la COP16 del Convenio para la Diversidad Biológica (CBD), una iniciativa que ha fracasado en su objetivo de detener la alarmante pérdida de biodiversidad. Desde hace 30 años, en lugar de poner fin a la destrucción por parte de las empresas extractivas, las propuestas del CBD empeoran la situación con acciones que socavan la soberanía y permanencia de Pueblos Indígenas y comunidades en los territorios que habitan y protegen.