El Movimiento Mundial por los Bosques distribuyó ampliamente antes de la Conferencia de las Partes un llamamiento que fue apoyado por más de 180 personas y organizaciones durante la primer semana posterior a su lanzamiento, que entre otras cosas plantea que:
Otras informaciones
El Tercer Foro Internacional de Pueblos Indígenas y Comunidades Locales sobre Cambio Climático que tuvo lugar del 14 al 15 de julio en Bonn elaboró una declaración. Lo que sigue es una selección de algunos puntos centrales de la misma:
Esta declaración, firmada por un elevado número de organizaciones principalmente internacionales, fue lanzada durante la cumbre sobre clima de Naciones Unidas en Bonn (16-27 de julio) y advertía sobre la posibilidad de que se produjera un mayor debilitamiento y distorsión del Protocolo de Kioto en la medida en que los gobiernos intentaran ajustarse a la irresponsable posición de Estados Unidos (y un creciente número de otros países).
En los debates a nivel mundial sobre el papel de los bosques y las plantaciones en las negociaciones sobre el clima se ha prestado muy poca atención a las opiniones de los alrededor de 300 millones de personas que componen los pueblos que habitan los bosques. Estos pueblos, históricamente marginados, cuyos derechos han sido desconocidos por tanto tiempo, exigen hoy que sus opiniones sean escuchadas y que se los respete como los propietarios legítimos de los bosques que habitan.
La siguiente descripción del trabajo en las plantaciones fue escrita en 1987. Desgraciadamente, en términos generales la situación no ha mejorado demasiado y por lo tanto es aplicable a la mayoría de las plantaciones actuales.
En 1996, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM) y la Unión Internacional de los Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA) presentaron una declaración conjunta al Panel Intergubernamental sobre Bosques (IPF), centrada en los aspectos sociales del desarrollo de plantaciones, en la que afirman que "los trabajadores de las plantaciones están entre los más pobres y más explotados de todos los trabajadores agrícolas."
A pesar de los numerosos impactos de las plantaciones de monocultivos de palma aceitera, la industria está constantemente tratando de aumentar su productividad y reducir los costos, lo cual sólo puede llevar a aún peores impactos sobre la gente y la naturaleza. Es la lógica perversa del sistema. Dentro de esa lógica, el evidente paso adelante es la manipulación genética de la palma aceitera. No sólo para aumentar la productividad, sino también para alterar el producto final: el aceite de palma. Y ya están trabajando en esa dirección.
Durante las negociaciones internacionales sobre el cambio climático, algunos gobiernos se comprometieron a reducir las emisiones de carbono de su propio país. Esta actitud, muy alentadora desde el punto de vista del medio ambiente en cuanto a la reducción del efecto invernadero, puede llegar a ser también la peor decisión en contra del medio ambiente desde el momento que instrumentan esa reducción mediante la promoción de plantaciones de los llamados "sumideros de carbono".
Investigaciones recientes proporcionan argumentos adicionales al movimiento de oposición contra la inclusión de plantaciones de árboles como sumideros de carbono dentro del debate actual de la Convención sobre Cambio Climático sobre la instrumentación del Protocolo de Kioto.
Investigadores del Laboratorio Lawrence Livermore encontraron evidencia que conecta el enfriamiento de la temperatura de la tierra entre los años 1000 y 1900 DC a un extenso proceso de deforestación. Este descubrimiento agrega nuevas complejidades a la ya difícil labor de predecir el cambio climático, y pone en duda la creencia común de que la plantación de árboles reducirá el “calentamiento global”.
Un reciente estudio del World Resources Institute (WRI) acerca de la última evaluación de FAO sobre los bosques en el mundo informa que la deforestación podría no estar disminuyendo e incluso haber aumentado en la zona tropical.
El denominado “libre comercio” consiste en realidad en garantizar el poder ilimitado de las transnacionales para gobernar el mundo, en detrimento de la gran mayoría de la humanidad y de la naturaleza.