Melvis Molina, presidente del Grupo Ecológico Morador en el estado de Portuguesa, fue arrestado. El Grupo Ecológico señaló que la decisión del juez fue el resultado de presiones por parte de los apoderados de la empresa Smurfit y acusó a ésta de "responder con terrorismo judicial la reciente visita del Ing. Ricardo Carrere del Movimiento Mundial por los Bosques, quien llevará a instancias internacionales el desastre ecológico y social causado por esta empresa".
Artículos del boletín
Por medio de este mensaje queremos hacer algunos comentarios al artículo de Julio César Centeno publicado en la edición de octubre del boletín "Aracruz News", de la empresa de celulosa y plantadora de eucaliptos Aracruz Celulose. En su artículo, el Sr. Centeno elogia las plantaciones de eucaliptos de Aracruz Celulose por su "capacidad de generar impactos significativos sobre la economía local y nacional".
El pueblo indígena Kolla, que vive en las provincias norteñas argentinas de Jujuy y Salta, ha venido defendiendo las yungas –uno de los últimos bosques montanos en pie en la Argentina- contra un proyecto de construcción de un gasoducto para el transporte de gas natural desde la región este de Salta a las empresas chilenas de minería de cobre ubicadas al norte de ese país.
Western Forest Products (WFP), una compañía maderera canadiense con una larga trayectoria de talarrasa en bosques húmedos primarios de la zona templada, ha solicitado ante el FSC (Forest Stewardship Council, Consejo de Manejo Forestal) la certificación correspondiente para una operación en una cuenca ubicada en la costa central de British Columbia, llamada Ingram-Mooto. WFP está buscando obtener el sello del FSC a fin de contrarrestar las campañas internacionales respecto de la compañía, dirigidas a sus clientes de Europa y los Estados Unidos.
- Ricardo Carrere visitó el estado de Portuguesa en Venezuela, invitado por AMIGRANSA y el Sr. Alfredo Torres, consultor de la Comisión de Medio Ambiente del Senado de ese país.
La reunión de la Convención de Cambio Climático celebrada recientemente en Argentina es una buena oportunidad para poner de relieve el tema de los bosques y las plantaciones forestales en América Latina. Es por ello que hemos destacado ese tema en esta edición del Boletín, incluyendo algunos ejemplos representativos de los problemas y las luchas que se están dando en nuestra región.
Tras el intento de las autoridades argentinas durante la reciente COP4 sobre Cambio Climático en Buenos Aires por ganarse el favor de los países del Anexo I, poniendo sobre la mesa el polémico tema de las reducciones voluntarias en la emisión de gases de efecto invernadero, el gobierno argentino sigue esforzándose por allanar el camino de la entrada de su país en la economia globalizada.
En la COP4 de la Convención de Cambio Climático celebrada en Buenos Aires, Brasil, junto con China e India, lideró la posición de los países llamados en vías de desarrollo, reclamando el reconocimiento de las responsabilidades históricas por parte de los diferentes países en relación con el cambio climático. La delegación brasileña también subrayó la necesidad de proteger la selva amazónica. Sin embargo su política forestal a la interna no parece ir en dicha dirección.
En el Boletín nro. 14 del WRM (Agosto de 1998) informábamos sobre el bloqueo de la carretera Venezuela-Brasil por parte de un grupo de indígenas de las regiones de Imataca y la Gran Sabana, con el fin de frenar el tendido de una línea eléctrica de alto voltaje (Macagua II-Santa Elena de Uairén), que
Mientras los delegados gubernamentales intercambiaban amables discursos en la IV Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático en Buenos Aires –todos ellos referidos a la necesidad de conservar los bosques del mundo como forma de mitigar los impactos del cambio climático- un grupo de indígenas del Ecuador, en una situación por cierto menos confortable, estaba haciendo algo mucho más concreto con ese propósito.
La apertura de Guyana a las compañías extranjeras iniciada a mediados de la década de 1980 ha dado lugar a un proceso de destrucción de sus bosques tropicales (hasta entonces un raro caso de ecosistemas virtualmente intocados), ignorando por completo a los pueblos amerindios que han habitado esas selvas durante siglos, utilizando sus recursos en forma sustentable. Este proceso continúa, en desmedro de los intereses de los bosques de Guyana y de los pueblos indígenas, quienes están llevando adelante acciones para revertir dicha situación.
Las altas tasas de deforestación colaboraron a aumentar los efectos de las súbitas inundaciones y los aluviones de fango que causaron gran número de víctimas a causa del huracán Mitch, el más terrible desastre que se ha abatido sobre América Central. En Nicaragua y Honduras murieron más de diez mil personas, en tanto muchas otras miles están desaparecidas.
De acuerdo con declaraciones del Padre Miguel d’Escoto, miembro del Directorio Nacional del FSLN, “es éste el peor desastre natural en nuestra (la de Nicaragua) historia, aún peor que el terremoto (de 1972)”.