Otras informaciones

La Semana Ambiental del Mekong/ASEAN (MAEW, por su sigla en inglés) es una plataforma y un proceso regional anual para un intercambio más profundo entre las personas de la región del sudeste asiático, donde actores clave pueden intercambiar, analizar y debatir sobre temas emergentes que los afectan significativamente. Este año la atención se centró en “Rediseñar la ASEAN: las voces de los pueblos en las crisis mundiales”.
La organización ecuatoriana Acción Ecológica pone en evidencia en una reciente publicación cómo el extractivismo de la madera balsa ha afectado a territorios indígenas amazónicos, tanto a nivel del tejido social como de los bosques (incluyendo la Reserva Faunística Cuyabeno) en las estribaciones de la Cordillera de Los Andes. El ‘boom’ de la balsa tiene como destino a la industria eólica china; debido a que en los últimos años la China se ha convertido en el país que más parques eólicos ha construido.
Parte de un libro de futura publicación, titulado “Climate Opium,” explora cómo estamos sufriendo una sobredosis de falsas soluciones al cambio climático, tanto que los mamíferos más grandes de la tierra se ven obligados a participar en planes de fijación de precios del carbono.
Mientras los efectos devastadores del cambio climático se vuelven más inmediatos y severos, los intereses corporativos están promoviendo el uso de árboles transgénicos como método de mitigación aunque no comprobado y potencialmente peligroso, incluyendo las compensaciones de carbono y la emergente bioeconomía.
Una reciente publicación del WRM explica cómo funciona la agricultura por contrato con empresas de aceite de palma y por qué este sistema constituye una seria amenaza para la agricultura campesina y la soberanía alimentaria. La publicación analiza las nueve promesas más comunes que hacen las empresas y, en especial, la información que esconden detrás de cada promesa.
Un artículo reciente de Mongabay advierte cómo la industria del aceite de palma se expande rápidamente en la Amazonía brasileña. La extensión de las plantaciones de palma aceitera en el norte de Pará aumentó casi cinco veces entre 2010 y 2019. Los estudios han demostrado que la conversión de bosques en plantaciones de palma aceitera es un problema importante. La mayor parte de la producción de aceite de palma de Brasil está controlada por ocho empresas.
Un artículo académico de Janina Puder expone cómo la industria palmícola en Malasia depende en gran medida de la mano de obra barata de los trabajadores migrantes para que el aceite de palma siga siendo rentable y competitivo a nivel mundial.
Un informe de la organización London Mining Network destaca que el extractivismo es un proceso militarizado: rompe violentamente ecosistemas y hábitats. Al hacerlo, desplaza y luego vigila a las comunidades con conexiones continuas con la tierra, aplicando varias tácticas de contrainsurgencia para mantener la legitimidad del extractivismo.
Las compañías de combustibles fósiles y grupos de interés en Europa captaron decenas de miles de millones del dinero público de los programas para recuperación del Covid-19.
En febrero de 2021, más de 500 científicos y economistas publicaron una carta en la que instan a dejar de quemar madera para generar energía en centrales eléctricas que eran anteriormente de carbón, y a poner fin a los subsidios que ahora impulsan la demanda explosiva de pellets de madera.
Este es el título de un libro de libre acceso con 15 capítulos que se centran en los significados, las agendas, así como las consecuencias locales y globales de la bioeconomía y las políticas de bioenergía en América del Sur, Asia y Europa. Exploran cómo la “transición energética” refuerza y desafía las desigualdades socio-ecológicas.
Otros dos jóvenes fueron asesinados en las plantaciones industriales de palma aceitera de la empresa Plantations et Huileries du Congo (PHC). Los bancos de desarrollo europeos han financiado a PHC durante años y acordaron entregar las plantaciones a un turbio fondo de capital privado después de que la propietaria anterior, Feronia Inc., quebrara en 2020, luego de haber recibido más de 100 millones de dólares en fondos para el desarrollo.